Maquillar el rostro no significa poner una mascara, lo que se busca es resalta las virtudes, y hacer menos notorias lo desfavorable.
Este recurso, al igual que las rutinas de belleza, refleja la sensibilidad y el gusto con que la persona se ocupa de su apariencia estética.
¿Se ha dado cuenta de que cuando amanece triste o deprimida deja su arreglo personal a un lado y no se preocupa por lucir bien? ¿Y de que en días de especial significado o de un optimismo a flor de piel, se esmera en cada aspecto de su apariencia?
Por esto es importante tener en cuenta que sentirse bien presentada puede elevar su autoestima y proyectar una mejor imagen hacia los demás.
Yukiru Nisao
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